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Las demostraciones en vivo y los talleres que la artesana organiza en plena naturaleza, están animando a cada vez más personas a participar de esta técnica
El oficio artesanal de transformar la lana de oveja en
prendas de abrigo, casi desaparecido en las zonas rurales, comienza a recuperar
el protagonismo de antaño de la mano de jóvenes que con la rueca de la hiladora
inglesa Sian Huertas recorren municipios de Granada y Málaga con demostraciones
en vivo.
El hilado artesanal de lana de oveja ha despertado la
curiosidad de muchos jóvenes por recuperar esta tradición ya en desuso. Las
demostraciones en vivo y talleres que la artesana Sian Huertas, afincada en
Villanueva del Trabuco (Málaga), organiza en plena naturaleza, están animando a
cada vez más personas a participar de esta técnica respetuosa con el medio
ambiente y arraigada en los pequeños pueblos de tradición ganadera.
Huertas, que se dedica al hilado y tinte de prendas a partir
de productos naturales, ha encontrado en la lana de la oveja Lojeña una
oportunidad para aprovechar este recurso de una forma sostenible.
“La lana no necesita tantos lavados como el resto de fibras
textiles y, por tanto, consume menos agua”, ha explicado en declaraciones a EFE.
Esta artesana asesora a sus alumnos en el tipo de lana que se necesita
dependiendo de la prenda a tejer: “No es lo mismo hilar lana para una alfombra
que para la ropa de un bebé”, apunta. Además, les enseña a lavar la lana,
cardarla y confeccionar diferentes prendas de abrigo.
Los jóvenes y mujeres universitarias que participan en los
talleres de hilado de lana explican que “además de recuperar una tradición
sostenible a partir del uso de lana autóctona que es de gran calidad, el hilado
en rueca es muy relajante y sirve de terapia ante el estrés diario”.
La rueca casi siempre ha estado presente en la vida de Sian,
que aprendió a utilizarla hace ya 16 años en el sur de Inglaterra, donde abunda
la variedad de razas de ganado. “La lana de esta zona es muy parecida a la de
la oveja Merina”, observa Sian, quien destaca de esta su suavidad, si bien la
hebra es un poco más corta que el resto.
Esta hiladora artesanal propone enseñar a hacer calceta o
punto para que no se pierda este saber tradicional: “La idea es que los jóvenes
aprendan a valorar los recursos que tenemos sin olvidar esta tradición muy
arraigada en el pasado en la zona”. De esta forma, añade, todo el valor y
riqueza quedará en el territorio.
El presidente de la Asociación de Ganaderos Criadores de la
Raza Ovina Lojeña del Poniente Granadino (ACROL), Juan Antonio Moreno, ha
explicado que esta iniciativa fomenta el empleo verde. “Hasta ahora la lana se
estaba vendiendo a bajo precio y apenas cubría el coste de la esquila, por lo
que la venta para tejidos naturales es una buena opción que cubrirá parte de
los costes que supone la esquila de las ovejas”.
Según las estimaciones del colectivo ganadero, la raza ovina
Lojeña produce más de 100.000 kilos de lana con un precio en el mercado de unos
45 a 50.000
euros.
La Lojeña es una raza autóctona en peligro de extinción y
que se encuentra en vías de recuperación y conservación. Cuenta con una cabaña
de unas 45.000 cabezas de ganado repartidas por los municipios de Loja, Alhama
de Granada, Zafarraya y Salar, además de las sierras de Parapanda (Íllora),
Villanueva del Trabuco (Málaga) y María (Almería).
Fuente: EFE